Muchas veces escuchamos la palabra restituir. Restituir lo
perdido, restituir lo que nos robaron, restituir el tiempo.
Y tomamos esa palabra como si ya supiéramos su significado,
así que me puse a pensar. ¿Qué significa
restituir?
Dentro de varios significados en el diccionario popular
encontré:
RESTITUIR.- Volver
(una cosa) a quien la tenía antes.
Por otro lado, el significado me mandaba a la palabra -retomar
-.
RETOMAR.- Volver al lugar a donde habías salido, volver al
principio donde te desviaste.
Por lo que comencé a reflexionar sobre esto. ¿Dónde me
desvié, dónde me perdí?
Muchas veces comenzamos nuestra vida con sueños y anhelos,
metas del futuro y sobre todo logros que queremos alcanzar.
Desde niñas nos enseñan que debemos de tener una profesión,
un matrimonio, una casa linda, hijos y en muchos casos hasta un perro.
Pero en qué momento nos desviamos de esos sueños que siempre
pensamos lograr o alcanzar, en qué momento llegamos a mirarnos al espejo y ya
no nos reconocemos, en qué momento preciso llegamos a vernos como una total
desconocida, que todo mundo cree conocer menos nosotras mismas . Y lo peor, en
qué momento nos resignamos que la vida que tenemos es la que nos merecemos, y no podemos alcanzar aun más.
Es muy triste saber que muchas mujeres en la actualidad, no están
aprovechado su potencial; porque creen que ya llegaron a sus límites , u otras
renuncian a sus sueños porque piensan que la edad ha invadido de canas su
cabellos y eso les impide empezar nuevas cosas.
Alguien una vez me preguntó por qué no había alcanzado un sueño que yo había dejado en el olvido, y le dije que ya
estaba grande para eso, que si no lo había emprendido en mi juventud, no lo haría ahora.
Me contesto, que acaso ya esta muerta. Esa contestación me
llevo a pensar, es cierto. Porque no hacerlo.
Que te impide retroceder un momento y ponerte a pensar, qué
sueños puedes rescatar del pasado y llevarlos a la realidad.
Dios al decirnos que viene a restituir lo perdido, no solo hace alusión a lo económico, no solo a relaciones
familiares, no solo a trabajos, no solo a sanidad de heridas. Sino también, a recuperar sueños, que te harán una mujer
dichosa y orgullosa de ti misma. Y lo
más importante, viene a restituirnos a su amor, a su camino.
Porque, ¿De quién eras primero? , ¿A quién pertenecías antes
que al mundo? ¿Acaso no eras primero que todo hija de Dios? Y tus primeras palabras al amanecer ¿No eran para Dios?
Dios al principio de tu vida tuvo muchos planes para ti, para tu bien y para hacerte feliz.
Planes que harían de ti una mujer plena.
Que por el tiempo o circunstancias adversas, malas decisiones u otras prioridades
que se interpusieron, te llevaron a no realizarlos.
Dios hoy quiere
también restituir tus sueños.
Así que prepárate, abre el baúl de los recuerdos y pregúntate:
-
¿Qué interrumpí
en mi pasado que puedo terminar hoy?
-
¿Qué don
me ha dado Dios que no he aprovechado?
-
¿Qué palabras
de vida ha puesto Dios en mí, que no he expresado a quien las necesita?
Y muchas preguntas más. . .
No importa que tengas 20,30, 40 ,60 años, tienes vida y eso
es lo que importa.
Determínate a llevarlo a cabo y disfruta un logro más
cumplido en tu vida.
Porque cuando Dios es la fuente de tu esperanza, en él estás
segura, y en él puedes hacer lo que te propongas.
“Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón,
el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros” (Joel
2:25).
Así que Dios te dice hoy mujer, restituye y retoma, lo que en un principio él pensó en ti.
Dios te bendiga!
Itiel.