Hoy, tendiendo mi ropa en la azotea de mi casa, claro, lavo ropa como toda ama de casa ,a mi me gusta secarla al sol y al viento, es mi momento de estar en paz y soledad , porque nadie desea ayudarme en esa tarea, jajaja! pero lo disfruto.
En ese lugar donde el viento toca mi cara , sin querer voltee a la casa de enfrente , y recordé quien vivía ahí, una hermosa mujer en todos los aspectos.
Déjame contarte. Su nombre es Doña Felisa, creía saber todo de su vida y por las adversidades que paso, pero ahora me doy cuenta que solo sabía como era por dentro y lo que hizo por mi.
Enfermera de profesión , madre y esposa de vocación. Cinco hijas y un hijo, varios nietos . Su esposo era constructor. Yo la conocí desde pequeña , muchas veces la veía salir con su uniforme blanco con chaleco verde impecable y ese sombrerito que usan las enfermeras.Trabajaba en una institución de salud que pertenecía al gobierno.
La ventana de su casa, que daba a la calle , era la de su cocina , muchas veces si llegaba asomarme muy temprano podía ver la ventana iluminada entre la oscuridad ,se levantaba muy temprano , ya que tenía que salir junto con su esposo a trabajar, hacían un buen equipo.
Años después en mi memoria jaja!, ella se retiro . Cuando era tiempo de festejar la Navidad ,organizaba siempre varias posadas.
Si eres de otro país que no sea México, las posadas son pequeños festejos que se tiene costumbre, donde se trata de recordar la historia del nacimiento del Señor Jesús, del caminar de sus padres en la búsqueda de un lugar donde dormir , esto se representa estando un grupo de personas dentro de la casa y otras afuera, las que se encuentran afuera sostienen en sus manos una pequeña maqueta de el nacimiento de Jesús, representada con muñecos de cerámica de José, María y un pequeño pesebre en donde se representa que estará el niño Jesús, que aun no nace.
Por medio de un pequeño canto se pide posada, se pide que dejen pasar a José , María para que descansen esa noche en la casa, los de adentro que representan a los dueños se niegan , hasta que después de un rato de insistencia los dejan pasar y ofrecen su casa para que pasen la noche.
Al recibir posada los peregrinos ,como se les llama , llega el momento más deseado de los niños, se rompen piñatas llenas de fruta de la estación. Así conocí aun más a la Doña Felisa, siempre nos daba de comer, nos daba dulces y de todo.
Cuando crecí y me case , lo cual lo hice muy chica, siempre que llegaba a mi casa la veía asomada por la ventana , y me hacia una seña con su mano para que me acercara.
Me preguntaba como estaba , como me iba con mi hijo, con mi esposo, me daba consejo y muchas veces solo me amenizaba el momento con chistes y bromas.
Había veces que me platicaba sus problemas con sus hijas , pero por lo regular siempre estaba dispuesta a escuchar.
Llego un momento en mi vida , que tuve que ponerme cierto medicamento, en una inyección, cada mes, como no tenía quien me lo aplicara recurrí a ella , siempre amablemente accedía.El ponerme una inyección siempre se convertía después en una interminable plática, llena de consejos y hasta regaños de su parte, pero siempre para que yo estuviera bien.
Una vez Dios puso en mi corazón hablarle de él, y fui a su ventana y le hable un poco, le di un pequeño folleto en donde le indicaba de una conferencia que pasarían en la televisión hablando de Jesucristo. Recuerdo que en ese momento me dio las gracias y dijo que la iba a ver.
Días después me enteré que se encontraba enferma y que había fallecido, me sorprendí mucho, más porque días antes había hablado con ella y le había comentado de Dios.
Fui al funeral , lo hicieron en su casa . Llegue a dar las condolencias a sus hijas, que amablemente siguieron la educación de su madre, nos atendieron con comida y con un trato amable a pesar de su dolor. En el centro del lugar se encontraba una foto , la foto de Doña Felisa.
Muchas veces no nos damos cuenta de las personas que Dios pone a nuestro alrededor hasta que ya no están entre nosotros, simplemente yo no había reflexionado en la vida de Doña Felisa hasta este momento, y de las maravillosas cosas que había dejado en mi que me han servido en mi vida y de todos los momentos que fue de compañía en mis momentos difíciles, sin darse cuenta.
Dios nos rodea de personas que van a traer bendición a nuestra vida, enseñanza,cariño , prueba , paciencia, amor, amistad , compañía; personas que dejarán en nuestra vida una enseñanza para siempre , compañía que nos da apoyo, dirección en momentos de decisión, consuelo en momentos tristes , exhortación en momentos de prueba.
Todo esto me llevo a pensar que las personas que nos rodean no están ahí porque si , nada más porque se les ocurrió , Dios pone estratégicamente cada persona a tu lado , y a ti de la misma forma en sus vidas, sabe que algo puede dejar en nosotros y que nosotros haremos lo mismo en ellos.
Tomate un tiempo para darte cuenta quien te rodea ,quien te ha rodeado y ya no está , que han dejado en ti , y que haz dejado en ellos , y vas a ver que te vas a sorprender de la inmensidad de cosas que has aprendido a través de las personas que te rodean , ya sea para crecer o para corregir tu camino.
Bendiciones a todas , ánimo , tienes propósito de estar en la vida de alguien para dejar algo de ti.
Itiel.