Hemos escuchado en
muchos medios que nuestros novios puede que realmente no nos amen.
Vamos leamos juntas el
caso de Nadia.
Nadia se encontraba arreglándose para salir con sus amigas, ya
tenía mucho tiempo que no las había visto, para ser exactas varios meses.
Nadia llegó a la
cafetería donde se reuniría con ellas, todas estaban en la mesa del fondo.
-Nadia, gritó una de
sus amigas mientras que levantaba la mano.
Después de 1 hora de estarla pasando genial. Nadia vio su celular y se dio cuenta de la
hora.
-
Debo irme,
dijo Nadia exaltada.
Sus amigas
sorprendidas, dijeron que porqué se iba
solo había pasado una hora y además estaban cerca de su departamento.
Sin embargo, Nadia se
despidió de ellas argumentando que tenía otro compromiso y que no podía
quedarse más tiempo.
Saliendo de la
cafetería Nadia caminaba a su departamento mientras escribía en su celular
un mensaje para su novio:
-
Mi amor,
ya voy para mi departamento, ya termine la reunión con mis amigas, en cuanto
llegue te marco.
Perdón por la tardanza, se me paso el tiempo, no te molestes.
Mientras que caminaba
sobre la banqueta, Nadia sintió que alguien la seguía, pero volteaba y no veía
a nadie.
Al ver que estaba por
llegar a su edificio, sacó la llave de
su bolso y la metió en el cerrojo, abriendo
la puerta, entró, pero a la hora de cerrar el portón, una mano se interpuso.
Era la mano de un
hombre, ella tuvo miedo y empujo la puerta,
cuando escuchó la voz de alguien conocido, era Rodrigo su novio.
-
Mi vida me
asustaste, comento Nadia.
Él con el rostro
molesto, le dijo:
-
Dónde
andabas? Dijiste que estarías en tu departamento a las 7 y ya son casi las
nueve, que me ibas a mandar mensaje cuando estuvieras ahí y solo recibí uno que
decía que ya estabas saliendo. No me engañes Nadia con quien estabas.
Nadia, asustada:
-
Con nadie
amor, con mis amigas en verdad no había hombres ahí, solo los meseros.
Rodrigo respondió:
-
Y porque
te vestiste así, todo se te ve, porque te pones esos pantalones tan apretados
sino vas conmigo y esa blusa, se te ve todo, a quien quieres impresionar.
Nadia:
-
A nadie
amor solo fue lo que encontré para ponerme, no te enojes, no lo vuelvo a
hacer en verdad lo prometo, pero no te
enojes.
En eso Nadia cae al
suelo por el golpe que recibió en la cara, Rodrigo continuó golpeándola, sin más se fue y la
dejo tirada.
Nadia adolorida, le habló a sus amigas y pidiendo
ayuda, les dijo lo que había pasado y
ellas inmediatamente fueron a ayudarla. Al llegar la vieron en el piso, pero
sin ningún golpe, sin ningún rasguño, sorprendidas:
-
Pero si no
tienes nada, porque nos mientes de esa forma.
Nadia desconcertada
subió a su departamento, corrió al baño a enjuagarse la boca ensangrentada del
golpe, pero no salió nada, se veía al espejo y su rostro estaba amoratado y
sangrando como ellas no podían ver nada.
Al poco rato Rodrigo
llamó al celular:
-
Mi
calabacita te amo, siento haberme puesto así, pero es que me dan celos que
otros hombres te vean y me quieras dejar por otro. Prométeme que siempre vas a
estar conmigo, que eres mía y que nunca me vas a dejar, te amo. . .
“Muchas veces las
palabras pueden lastimar, herir más que un golpe físico, es por eso que las
amigas no podían ver los golpes de Nadia, porque sus golpes fueron dados al
alma a su interior a su valor como mujer “
No sé cuantas de
ustedes se puedan identificar con esta historia o cuantas no, sin embargo es
una realidad en mayor o en menor grado.
Yo por ejemplo soy una
mujer que desgraciadamente se puede identificar con este ejemplo. Ahora puedo
decir que mi novio quien se convirtió en mi esposo y finalmente en mi ex
esposo, no me amaba.
Muchas veces
confundimos el amor porque no sabemos lo que realmente es, pero algo que he
aprendido es que si alguien realmente te
ama jamás te va a prohibir salir con tus
amigas, no te va a decir cómo vestirte, ni mucho menos te llamará con palabras
hirientes cuando está molesto. No va a ser tan ilógico de celarte si alguien te
voltea a ver en la calle y armarte un escándalo por eso, ni mucho menos decirte
que es tu culpa que él se ponga así.
No te pondrá el cuerno
diciendo que es por tu culpa, porque no lo atiendes como mujer o porque no
quieres tener intimidad con él.
Si yo hubiera
entendido esto antes de casarme, no hubiera perdido 12 años de mi vida con
alguien a quien verdaderamente no amaba ni me amaba.
El hombre que
realmente te ama, te deja ser tú, te da libertad, no importa si estés arreglada o con los tubos en
la cabeza, te ama de las dos formas, te protege, y piensa dos veces antes de
querer lastimarte. Si quieres salir con tus amigas, te apoya o te acompaña si
es necesario. No te dice como vestirte ni te forzar a nada, a nada. Nunca va a
alejarte de tu familia, ni te llamara con sobrenombres de desprecio.
Debemos de pensar con
la cabeza y abrir bien los ojos antes de comenzar una relación.
Siempre es mejor primero ser amigos, sin ningún interés emocional o sin ninguna
demostración física de amor, así puedes saber cómo se comporta con los demás,
con sus amigos, con los tuyos, con sus padres, con sus autoridades, hasta con
las personas en la calle. Podrás conocer
sus intereses, sus gustos, con conversaciones
simples y reales ya que no existe el deseo de quedar bien, y no por un día o dos, sino por varios meses,
solo así podrás ver su comportamiento real. Levanta las antenas mujer, quiérete
primero a ti porque solo así podrás
saber si es lo que quieres en tu vida.
También quitemos de
nuestra mente la idea errónea de que podemos cambiar a los hombres, siempre
tratamos de escoger a hombres y ocultar sus defectos con la tradicional frase:
Cuando ande conmigo yo lo voy a cambiar.
Sáquense de la cabeza
eso. Tienen que amar al hombre que quieren en su vida, así como es sin
cambiarle nada y si no es así, si hay defectos en él que no pueden tolerar o
vivir con ellos, entonces es tiempo de decir adiós porque ese no es el indicado.
No olvidemos la
hermosa dirección de Dios en todo esto, orando por el hombre idóneo para
nosotras y pidiéndole discernimiento dirección a Dios para que sepamos elegir,
pero sobre todo pidamos a Dios que nosotras nos amemos de tal forma que no
caigamos en estas relaciones destructivas disfrazadas de amor.
Cuídense mucho, Dios
las bendiga y recuerden que ustedes son Mujeres de Dios, son mujeres de Éxito.
Lindsay
Saavedra “Itiel”